jueves, 12 de marzo de 2015

Novedades MWC 2015 en materia caligráfica.





¿Recuerdan el juego maternal del “cuántos dedos tienes encima”?  ¿o aquél otro juego infantíl en el que debíamos adivinar las letras o las palabras que nos escribían en la espalda?

No podíamos verlas tan solo sentirlas, a pesar de lo cual nuestra piel, infinitamente sensible a la presión y el movimiento, era capaz de interpretarlas y acertar.
Hace unos días hemos visto en la tele cómo, durante su visita al MWC, nuestro Monarca fue invitado a intentar falsificar una firma aceptando la propuesta de uno de los más reputados hackers, Chema Alonso, gurú en temas de seguridad y CEO (Director Ejecutivo) de Eleven Paths, empresa filial de Telefónica Digital centrada en la innovación en productos de seguridad.

Pero más allá de esta anécdota, en el MWC 2015 celebrado en Barcelona  (Mobile World Congress) se ha presentado una propuesta en firme para un software de reconocimiento y autenticación de firmas avalado por Telefónica de un gran interés en el ámbito de la peritación caligráfica

La idea  ya había sido objeto del Proyecto Fin de Carrera de Roberto Barahona Expósito alumno de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Carlos III de Madrid.

Se trata de una aplicación biométrica, es decir aquella que efectúa mediciones de  características anatómicas o psicológicas, capaz de determinar la veracidad de la firma a través de su reconocimiento dinámico basado en un algoritmo de Alineamiento Temporal Dinámico (Dynamic Time Warping) o DTW.

Recordemos que un algoritmo es un conjunto de instrucciones ordenadas secuencialmente y sometidas a una serie de condiciones previamente fijadas de modo que, dependiendo de si estas se cumpleno o no, se obtendrá un resultado u otro.

Gracias a este alineamiento de características presentes en el momento de capturar las firmas a través de un sensor táctil (un móvil o una tablet)  es posible  la comparación y normalización geométrica entre la muestra de entrada y un prototipo de referencia denominado "plantilla", en este caso, la firma autenticada y previamente almacenada en una base de datos.

En este proceso los parámetros determinantes son rasgos de tipo conductual: el ritmo, la aceleración y la presión ejercida  pero no el grafo al tratarse de un patrón siempre sujeto a variaciones. Ese conjunto de valores biométricos constituyen una auténtica huella digital que dificulta extraordinariamente la falsificación pues no se trata tanto del resultado gráfico obtenido, la firma, si no del modo característico y único de ejecutarla que la aplicación es capaz de monitorizar y cotejar.


El País Vasco ya hace uso de este procedimientos en sus Consentimientos Informados, que pueden ser aceptados mediante su firma a través de una tableta.